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jueves, 31 de julio de 2014

Día 4: Ñaca

El plan de hoy era ... delicioso: ¡un tour gastronómico por Estambul!

Advertencia: no leer este post si se tiene hambre, hay muchas fotos de comida deliciosa. Aun así, no hemos puesto fotos de todo lo que comimos: en 6 horas probamos 20 comidas distintas (aunque muchas comidas de las que hicimos eran "compuestas"; si contamos cada alimento fácilmente llegaríamos a los 30!).

La empresa con la que fuimos es istanbulonfood.com

Nos reunimos con nuestro guía, Korhan, y otras dos parejas (escoceses y americanos), y tras comprar los ingredientes en el mercado de las especias, comenzamos con el desayuno: Varias variedades de quesos y aceitunas, huevos al plato (con salsa algo picante), pastrami turco y para pasarlo todo, té. Pero sin duda lo que más llamó la atención fue la nata de leche de búfalo con miel. ¡Qué rico!

Una travesía en barco hasta la parte asiática de la ciudad, y comenzamos probando nueces, tomates y berenjena ... confitados! Acompañados de zumo de tamarindo, en realidad una bebida a base de especias con un regusto a canela muy rico.
























Luego fuimos a Çiya, un restaurante donde preparan comida casera típica. Nos sirvieron varios platos y meze (o entremezez, je). Aquí me veis con una albóndiga rellena de baya salvaje.

También visitamos una tienda de encurtidos. Fijaos en los botes de la fotografía, y veréis que no se limitan a vender pepinillos. Por ejemplo, nosotros comimos ciruelas. Ciruelas en vinagre.

– Esto os ayudará a comer más – nos decía Korhan. Pues nada, para adentro.

El siguiente es uno de los favoritos de Olga: Tantuni, un rollo de pan muy fino envolviendo un montón de carne picada con especias super jugosa. Se toma con un chorrito de limón.


Para acompañarlos nos dieron ayran, una bebida muy popular - yogurt salado espumoso. Un poco extraña la primera vez que la probé, pero podría acostumbrarme.


Lo siguiente es un poco asquerosillo: tripas de cabra enrolladas alrededor de grasa, cocinadas a la brasa durante mucho tiempo.



Tras partir nuestra ración y picarla en una mesa, nos la volvían a pasar por una plancha, y nos la comimos entre dos panes. Más rico de lo que uno podría imaginarse.



Lo siguiente fue baklava de los auténticos. Madre mía. Era como un croissant francés de los buenos, concentrado en un bocado, relleno de pistachos dulces. Fue mi favorito del tour.

El único problema es que ha estropeado al resto de los baklavas del mundo para mí.




El siguiente es curioso. Se llama cig kofte, que significa "bola de carne". Pero curiosamente, ¡no lleva carne! Antiguamente la llevaba, pero ya no.



Un postre, katmer, hecho con pistachos y relleno de crema. No era muy dulce, pero combinaba estupendamente con la limonada casera con la que lo sirvieron.



Y para terminar, un segundo postre, helados turcos, hechos a base de leche de cabra y esencia de orquídea. Eran tan densos que había que cortarlos con un cuchillo! Estaban para morirse.



Nos hemos dejado cosas fuera: comimos kebap del de verdad. También la pizza turca "pide". Bebimos café turco y nos leyeron el futuro en sus posos. Olga se comió un mejillón.

La experiencia fue super recomendable. Si vais a Estambul, y habláis algo de inglés, es totalmente recomendable. istanbulonfood.com

Orondos como estábamos, decidimos visitar un par de mezquitas que nos quedaban cerca del puerto.

Llegamos a la hora de comer, y pillamos a muchos lugareños zampando bocatas de pescado en las escaleras, a la sombrita.


Luego fuimos a Buyuk Valide Han. Un antiguo centro de comercio: almacén de mercancías y lugar de descanso de las caravanas. Al lado del Gran Bazar. A primera vista parece bastante destartalao:


A segunda vista, también. El término cochambroso también se le podría aplicar.

... Pero si uno se adentra por sus túneles ...


... Y sube por unas escaleras ...

(Y le paga a un señor muy simpático para que te abra una puerta)


... Puede subir a uno de los techos con mejores vistas de la ciudad...


Son unas grietas, matojos y cascotes muy privilegiados.


Estuvimos allí un rato largo, primero haciendo fotos, y luego simplemente disfrutando del paisaje y la buena temperatura (corría una brisilla muy agradable).



Luego vimos el Gran Bazar de Estambul, pero honestamente, después de todo lo que hemos hecho hoy, no teníamos ganas de sacarle fotos a unas tiendas (aunque Olga compró algunas cosillas).

Otro día genial. Qué bien se viaja con Olgatours.

Día 3: Crucero por el Bósforo

El plan de hoy es hacer un crucero en barco por el Bósforo; así descansamos un poco de la paliza de andar que nos dimos el día anterior.

El plan comienza en el puerto, haciendo cola para entrar en un barco (con tiempo, para coger un buen sitio y tener buenas vistas).


Había una vez un barquito chiquitito, que no podía navegar.

Ese barco no era el MSC Preziosa.



Vimos muchos monumentos históricos desde el barco. Por ejemplo, la mezquita de Ortakoy.


Están construyendo un megapuente en la desembocadura del bósforo. Es difícil hacerse una idea de la escala; los pilares son enormes.


Una bandada de gaviotas nos saludó al llegar a nuestro destino, Anadolu Kavagi.


Es un pueblo muy turístico, en la falda de una montaña. En la cima, hay un fortín en ruinas, y una bandera muy grande.

Subir la montaña fue durillo por el calor, pero como íbamos descansados después del agradable trayecto en barco, lo hicimos sin problemas.


Nuestra aguerrida heroína soporta el sol estoicamente mientras posa frente al maltrecho edificio militar, sitiado por turistas buscando sombra.

Desde la cima de la montaña podíamos ver el Bósforo donde se junta con el Mar Negro. Comimos allí mismo, cerca de la cima, apreciando la vista (la parte final del camino está sembrada de restaurantes oportunistas).

Luego, trayecto de vuelta al hotel, una duchita, y a cenar!



Descubrimos un sitio que nos gustó mucho, Spectra, en la esquina del famoso "Hipódromo" de Estambul. Olga pidió un Kebab con una salsa muy rica, hecha (creemos) con nata y azafrán, y trozos de melocotón seco.

¡Un final estupendo para un día ídem!

miércoles, 30 de julio de 2014

Día 2: Eyup, Chora, Taksim, Gálata


Estambul es muchas cosas, pero no es fresquita.

Esta mañana nuestro objetivo era encontrar un barco en el puerto de Eminonu que nos llevaría a Eyup.

Para llegar: mirando al puente de Gálata desde la orilla de Sultanahmet, ir a la IZQUIERDA, pasando los barcos que venden pescado asado y el parking donde paran los autobuses. Al embarcadero se llega por un "pasillito" en el borde del parking.


Las indicaciones que teníamos decían que "a la derecha", y acabamos andando una hora extra bajo el sol buscando el embarcadero. Aquí me tenéis delante de las barcas que venden pescado.


Y una foto más detallada de las barcas. Aunque son muy vistosas, únicamente son braseros enormes, donde se asa caballa de forma contínua durante todo el día. Te la puedes comer en las mesitas que hay delante.


En el barco pudimos recomponernos un poco y relajarnos. El trayecto fue muy entretenido, incluso pudimos ver un submarino anclado en lo que parece ser un parque de atracciones.


Mi primer kebap, cerca de la Mezquita de Eyup. Encontramos un lugar muy apañado, con sombra de un árbol grande, y con brisilla, porque estaba en una esquina. Lo que veis en primer plano es un cuenco con yogurt, muy típico de Turquía. ¡Estaba muy bueno! Facilita la digestión, y al estar fresquito, ayuda con el calor.

Nótense las caras sonrientes a ambos lados de mi cabeza. Hemos llegado en época de elecciones, y los candidatos asoman por todas partes.


La mezquita de Eyup está al lado de un monte que es todo cementerio. Hay un teleférico que te sube arriba del todo, pero al ser final de Ramadán, tenía mucha cola, así que nosotros subimos en taxi. En la cima del monte-cementerio hay una cafetería con vistas muy bonitas, pero al ser festivo estaba rebosante de gente. Paseamos cuesta abajo por el cementerio, viendo las tumbas (muchas eran tumbas-maceta, como la que véis detrás de Olga en la foto, llena de siemprevivas).


Tras un largo trayecto en tranvía (seguramente podíamos haber cogido un taxi) llegamos a la torre de Gálata. Dicen que ver el atardecer desde ahí merece mucho la pena. Pero de nuevo tenía una cola kilométrica.

Buscando un poco encontré un hotel (By Murat) con una azotea con vistas iguales o mejores. El hotel todavía estaba en obras, pero el recepcionista nos dejó subir igual. Cuando esté acabado va a ser una terraza de mega lujo. Pero esta tarde nosotros tuvimos la terraza entera para nosotros. Mientras veíamos a la gente apiñada en la torre de Gálata. Triunfada máxima.



El hotel tenía teléfonos "de los antiguos". Pero daban línea. Un detalle muy cuco. Hasta nos ofrecieron té, zumo y café gratis. ¡Qué bien nos trataron!


La "calle comercial" de la ciudad, Istiklal, es peatonal, y estaba hasta los topes, como puede verse en la foto. Olga siempre sonríe en las calles comerciales.


Acabamos cenando un pescado a la brasa en la orilla de Gálata, con muchísima gente. Os dejo con la vista que teníamos mientras cenábamos a pie del Bósforo. ¡Un final estupendo para un día agotador!

martes, 29 de julio de 2014

Día 1: Aterrizaje

Llegamos a Turquía!

Nos recogen en el aeropuerto. Se nota que se acaba de acabar el Ramadán, hay mucha gente en los jardines que vemos pasar para ser un lunes. Muchos niños.

Brilla el Sol, vuelan las gaviotas, sudan las pieles. Hay que salir. Nos da tiempo a darnos un paseíto corto, y luego cenar.


La primera vez que vimos La Mezquita Azul. Sacar una foto con tan poca gente en el plano no es fácil. 



La comida. La Pasión Turca. Olga había reservado en un restaurante muy recomendado, y no defraudó. Aquí me tenéis posando con los meze, entremeses típicos turcos. La verdad es que después de esto ya no teníamos hambre, pero no podíamos quedarnos ahí. Pedimos sendos platos principales, a cual más bueno.


... y aquí el final, una deliciosa combinación de baklava y helado.

Luego, de vuelta al hotel, y a dormir!